Hacia 1566, la enfermedad contraída por Nostradamus se convirtió en edema. El 1 de julio al atardecer, mencionó a su secretaria, Jean de Chavigny, que "no lo encontrarían vivo para el amanecer". Al día siguiente fue encontrado muerto al lado de su cama.
«Aquí descansan los restos mortales del ilustrísimo Michel Nostradamus, el único hombre digno, a juicio de todos los mortales, de escribir con pluma casi divina, bajo la influencia de los astros, el futuro del mundo.» Así reza el epitafio de Nostradamus, cuyas primeras profecías ya le habían otorgado cierta fama.
Se cuenta que, cuando muchos años después, en los tiempos turbulentos de la Revolución francesa, llegaron a su tumba saqueadores y encontraron entre sus restos un medallón de oro que tenía la fecha exacta del saqueo de la tumba.
Algunas de sus profecías:
Centuria II, 6
Cerca de las puertas y dentro de dos ciudades,
Habrá dos azotes como nunca vio nada igual,
Hambre, dentro la peste, por el hierro fuera arrojados,
Pedir socorro al gran Dios inmortal.
*En agosto de 1947 Estados Unidos lanzó sobre las ciudades portuarias de Hiroshima y Nagasaki 2 bombas atómicas destruyendo casi en su totalidad a estas ciudades.
Adolfo Hitler:
Cuarteta III, 35
De lo más profundo del Occidente de Europa,
De gente pobre un joven niño nacerá,
Que por su lengua seducirá a las masas,

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